Mina, la foto y el Callejón del Gato en Majadahonda

LIDIA GARCIA. «Vivíamos en una casita bajita en el Callejón del Gato, en Majadahonda. Yo jugaba en la calle con mi hermana, mi madre nos vigilaba desde la cocina, con la puerta abierta. Se acercó un señor, que era fotógrafo, y le pidió permiso para hacernos la foto: yo, aferrada al biberón; mi hermana, tomando un yogur. Fue, en cierto modo, mi primer ‘book’». Mina le tiene cariño a esa imagen porque le trae muchos recuerdos. «De los inicios de mi vida, de cuando me llamaron al ‘casting’ de ‘Ana y los siete’, al que no pude ir, aunque esa espinita me sirvió para no abandonar mi sueño de ser actriz». Nuevas declaraciones de la actriz Mina El Hammani, que no ha podido empezar mejor el nuevo año 2022: entrevista en el diario ABC por parte del periodista Antonio Albert, que la define así: «La actriz, estrella mundial gracias a ‘Elite’, mujer comprometida e inteligente, charla con ABC sobre su infancia feliz, sus sueños y su futuro prometedor». Mina El Hammani (28 años) empieza el año con 6,1 millones de seguidores, convertida en embajadora de Guerlain y como flamante ganadora del premio Talento Joven del Festival MiM de series, galardón que le será entregado en cuando la maldita sexta ola de la pandemia lo permita. Bastan unos minutos de charla para entender que la majariega, conocida en 190 países gracias a «Elite», tiene -adornada con unos profundos ojos azabache y una hermosa melena asilvestrada- una cabeza bien amueblada.


«Ha tenido años para lograrlo, años en que se ha hecho mil preguntas sobre su identidad, sus miedos, y ha ido encontrando respuestas que ahora comparte con el convencimiento de que la fama viene, en su caso, acompañada de una responsabilidad: convertirse en algo parecido a un referente para otras niñas que, con ella, han sufrido acoso («En el colegio se burlaban de mí por mi pelo y me llamaban oveja»), trastornos alimenticios o racismo («Me siento orgullosa de mis raíces en el Rif»), señala el reportaje. Y el periodista añade: «Por lo que cuenta su madre, Mina era «una niña buena que no daba mucha guerra, muy tranquila, algo introvertida y estudiosa, aunque también era juguetona y siempre con una sonrisa». En eso, asegura, no ha cambiado: «Sigo siendo muy sonriente y agradeciendo todo lo que tengo». Como buena actriz, Mina es una mujer observadora: «Me encanta ir en metro y pasear mirando cómo actúa la gente. Juego a recrear de dónde vienen, qué les pasa, a qué trabajo van, si tienen familia… Me gusta imaginar su mundo. Ser empático es algo importante, más en esta sociedad que va perdiendo valores como el respeto o la tolerancia». Y como otras actrices, es tímida hasta el punto de sentir pánico a la hora de hablar en público: «No me gusta ser el centro, aunque resulte paradójico por mi profesión».


Mina El Hammani

Mina El Hammani

Majadahonda Magazin