J. FEDERICO MTNEZ. No fue un buen partido el del Rayo Majadahonda en Balaídos pero a pesar del pobre resultado colectivo eso no fue obstáculo para que la prensa gallega se fijara en algunos jugadores rayistas y los mencionara en sus crónicas, que admitieron que en el equipo celeste jugaron hasta 5 jugadores canteranos de la plantilla de Primera División y otros 2 que ya habían debutado en el primer equipo. MJD Magazin ha recopilado las reseñas de los 5 principales periódicos gallegos y en ellos aparecen Ofoli, Mario García, Lucho García, Rahim, Casado, Salama, David Rodríguez y Jeisson. El Rayo Majadahonda alineó a Lucho García, Aitor Aldalur, Jorge Casado, Félix Ofoli, Rahim Alhassane, Rafa Salama (Konaté, minuto 63), Sergio Llamas, Mario García (Ozkoidi, minuto 73), Néstor Albiach (Jeison Martínez, minuto 73), Íñigo Aleyato (Nando García, minuto 63), David Rodríguez (Guillermo Donoso, minuto 87). Los goles fueron los siguientes: 1-0. Minuto 40, Pablo Durán. 1-1. Minuto 56. Félix Ofoli. 2-1. Minuto 58. Carlos Domínguez. 3-1. Minuto 63. Miguel Rodríguez. Y el arbitro Francisco García Riesgo, del comité asturiano, sacó tarjeta amarilla a Carrique del Celta y a Mario García, Rahim Alhassane, Aitor Aldaluz y Ozkoidi por parte majariega. Estas son las crónicas.


La Voz de Galicia (XRC): «El Celta B ganó su primer partido de la temporada como local. Al sexto intento en Balaídos ante un Rayo Majadahonda que nada demostró en Vigo. Pablo Durán abrió el marcador en el primer tiempo, los majariegos empataron tras el descanso en un lance a balón parado mal defendido y en el margen de cuatro minutos Carlos Domínguez y Miguel Rodríguez sentenciaron una contienda que le permite respirar al filial. Paradojas del fútbol. El filial celeste se pasó más de media hora del primer tiempo con una colección de pases horizontales, tímidas llegadas a la portería del Majadahonda y un solo disparo desde la frontal. Su dominio era abismal pero no servía de nada. Hasta que en el minuto 39, Christian Joel sacó en largo, en balón dio un bote en campo contrario, Pablo Durán le ganó la espalda al central y con un único toque batió a Lucho con un tiro cruzado. El minimalismo del gol. El tanto fue un respiro para un filial que salió con todos los jugadores en dinámica de primer equipo (salvo Gabri Veiga), que volvió a la defensa de cinco y que vivió de un modo permanente en campo contrario, pero sin lastimar a un rival que en un par de salidas envió un par de avisos. En uno de ellos, Christian Joel sacó un pie salvador ante un remate de Mario García tras una sucesión de rechaces mal defendidos tras un córner. Sin hacer casi nada, el Rayo Majadahonda empató por la vía rápida tras el descanso. Una falta lateral mal defendida posibilitó que el balón le cayese, en segunda instancia, en los pies de Ofoli, que terminó marcando tras no blocar el balón Christian Joel. Con 3-1, con 30 minutos por delante y teniendo en cuenta los problemas del Celta B en casa, nadie podía dar el partido por sentenciado. Y menos cuando con los cambios el filial se fue hundiendo y el Majadahonda comenzó a llenar el área con una sucesión de centros laterales, pero la defensa fue achicando agua y poco después, con los cambios, el Celta B pasó a controlar el partido con más balón. La única ocasión real fue un testarazo de Jeisson que el portero local sacó a córner». 

El Correo Gallego (Pablo Martín): «Al sexto intento, entre Barreiro y Balaídos, llegó el primer triunfo del Celta B como local, siendo la víctima propicia de ello un Rayo Majadahonda muy mejorado desde el cambio de entrenador (3-1). El filial celeste se sobrepuso al empate momentáneo de los visitantes y pronto recuperó la ventaja hasta amarrar tres puntos que, además, le permiten abandonar los puestos de descenso en detrimento del propio Rayo Majadahonda. El filial dio un gran nivel durante un primer tiempo de, eso sí, escasas ocasiones. Hacia el final del período inicial, un disparo de Hugo Sotelo desde dentro del área se estrelló en el palo. Seis minutos después, en el 40, un saque largo del portero Christian pilló desprevenida a la defensa visitante, y Pablo Durán corrió al espacio y aprovechó la desacertada salida del ex deportivista Lucho García para abrir la cuenta de lanzamiento cruzado. El paso por los vestuarios no generó sustituciones. El segundo tiempo fue más vivo y competido. El Majadahonda dio un paso adelante y subió sus líneas. En una falta lateral, la defensa celeste no fue contundente y su despeje quedó a pies de Salama, cuyo remate no pudo blocar Christian, y Ofoli Quaye puso las tablas. Sin embargo, el Celta B no perdió el ánimo con el empate. Así, solo 2 minutos después, en el 59, Carlos fue el más listo de la clase al convertir el rechace de una gran parada de Lucho García ante un remate de cabeza de Javi Rodríguez. La maquinaria celeste no se frenó ahí y, cuatro minutos después, Miguel Rodríguez dejó el duelo prácticamente resuelto remachando sobre la línea de meta una gran acción de los dos Hugos, Álvarez y Sotelo, a poco menos de media hora para la conclusión. No hubo sobresaltos durante el tramo final del encuentro por el buen hacer de un Celta B arropado por más de un millar de aficionados».

El Desmarque (Ángel Cotán). Victoria capital del Celta B para salir del pozo. El filial del Celta de Vigo afrontaba este domingo en Balaídos un partido importantísimo por la permanencia en Primera Federación. El templo celeste acogía un duelo crucial ante el Rayo Majadahonda, la afición respondió… y también hicieron lo propio los pupilos de Claudio Giráldez. El Celta B ha conseguido su primera victoria de la temporada como local. Los canteranos celestes cuajaron un gran fútbol, en las líneas generales de su temporada, pero con una gran diferencia: esta vez sí estuvieron acertados en las áreas. El Celta B se fue al descanso con ventaja en el marcador gracias al gol de Pablo Durán en el minuto 40 de partido. El segundo acto se volvió loco en un tramo de 6 minutos. En ese tiempo se vivieron tres goles en Balaídos: el del empate, obra de Ofoli en el minuto 57, y los dos que sellarían la victoria viguesa de Carlos Domínguez en el 59 y Miguel Rodríguez en el 63. Con esta gran victoria, de esas que se catalogan de ‘seis puntos’, el Celta B sale del pozo pese a que iguala a puntos con la Balona, equipo que marca actualmente dicha zona.

Faro de Vigo (Jaime Conde). «El Celta B rompe su mala racha en casa. El equipo de Claudio Giráldez aprovecha los refuerzos del primer equipo para superar al Rayo Majadahonda. Los partidos en casa se le atragantaban al Celta B esta temporada. Solo había sumado 1 empate en la visita del Deportivo a Balaídos, frente a las 4 derrotas acumuladas. Este domingo, el equipo de Claudio Giráldez rompió esa racha negativa con una holgada victoria ante el Rayo Majadahonda (3-1) aprovechando la aportación de algunos de los futbolistas que trabajan habitualmente con la primera plantilla: Pablo Durán, Carlos Domínguez y Miguel Rodríguez sentenciaron a los majariegos, que apenas pudieron disfrutar del gol del empate de Ofoli. La irrupción de Hugo Álvarez por el pasillo izquierdo del ataque fue la solución del Celta B, ante sus dudas en defensa, para sumar 3 puntos que le alejan de los últimos lugares de la clasificación. El paréntesis en Primera División por el Mundial de Qatar ha servido a Giráldez para contar con los jugadores que forman parte del grupo que trabaja con Carlos Carvalhal. Tincho Conde, Carlos Domínguez, Hugo Álvarez, Miguel Rodríguez y Pablo Durán incluso han ido convocados por el técnico portugués y algunos incluso han sumado minutos en los últimos compromisos del primer conjunto celeste.

«Este domingo 20 de noviembre (2022), los cinco reforzaron a un equipo que venía de caer en Badajoz por la mínima y no levantaba cabeza en casa. Necesitaba revulsivo el conjunto celeste ante un Rayo Majadahonda que se presentaba en Vigo con muchas dudas y más necesidades de puntuar después de protagonizar un arranque de curso impropio de un club con recursos económicos y con pasado reciente en Segunda División A. Tras el relevo en el banquillo, el equipo que ahora entrena Alfredo Santaelena (ex jugador del Deportivo, entre otros), se presentó en Balaídos con la intención de seguir incidiendo en los problemas en defensa y en ataque de los locales y ampliar a 4 puntos la ventaja en la clasificación con los celestes. El partido arrancó con dominio de los locales, que no encontraban vías de penetración para inquietar al portero Lucho García. El Rayo Majadahonda, en cambio, salía con peligro a la contra y ponía en evidencia la endeblez defensiva de los célticos. Así, Mario García y el ex céltico David Rodríguez desaprovecharon buenas ocasiones. El primero incluso reclamó una pena máxima tras varios rechaces en el área céltica. Por su parte, los de Giráldez desaprovechaban los centros envenenados de Carrique. El lateral se convertía en la mayor inquietud para un Rayo Majadahonda que hasta el minuto 21 impidió que su portero tuviese que intervenir. Entonces, Medrano realizó un disparo flojo».

«Era el primer aviso de un Celta B que estuvo a punto de abrir el marcador en el minuto 33 tras un saque de esquina. Hugo Sotelo estrelló el balón en el palo. En el segundo, el protagonista fue el portero Christian Yoel. Sacó en largo desde su área y el balón voló por encima de Pablo Durán, que ganó la carrera a Félix Ofoli y superó con un tiro cruzado al guardameta del equipo majariego. A cinco minutos del descanso, el Celta ponía el marcador a su favor gracias a la asistencia de su portero y la habilidad y picardía del delantero debutante en Primera. Con dos faltas al borde del área, el filial céltico buscó el segundo tanto, pero se llevó un duro golpe en el minuto 56 cuando Ofoli aprovechó un rechace del portero local tras un saque de esquina. La alegría le duró apenas 3 minutos a los majariegos. Hugo Álvarez avisó con un disparo al palo corto. El córner lo aprovechó Carlos Domínguez para marcar el segundo gol del Celta B al recoger el balón que su compañero Javi Domínguez había enviado al palo. 5 minutos después, Hugo Álvarez volvía a adueñarse de la banda izquierda y esta vez superaba también la salida del portero Lucho García. Entonces apareció Miguel Rodríguez para empujar la pelota al fondo de la red ante un zaguero del equipo rival. El redondelano culminaba la aportación goleadora de los que entrenan con el primer equipo. Con ellos, ayer también se lucieron Carrique en el lateral derecho, Hugo Sotelo en el centro del campo y un Hugo Álvarez que se adueñó de la banda izquierda tras el descanso. Christian Yoel, entre los palos, también neutralizó las dos ocasiones más claras que tuvo el Rayo Majadahonda en sus intentos por reducir diferencias frente a un rival que ganó consistencia con el carrusel de cambios y con un marcador que le permitió afrontar sin problemas la recta final del duelo». 

Atlántico (Santi Alonso). «El quebradizo filial batió a un rival roto como el Rayo Majadahonda. No fue la mejor de las victorias. Pero fue. El Celta B logró su primer triunfo en casa siendo, como otras veces, mejor que el rival, en este caso un deprimido Rayo Majadahonda, y anotando más goles y en momento claves. Los puestos de descenso quedan atrás. A crecer. La cuestión es atreverse. En este fútbol de silencio de grada, los gritos constantes entre jugadores asustan más que ayudan a los integrantes del filial, cansados de hacer y no alcanzar. El instinto te lleva, en tales momentos, a refugiarte en lo sencillo, a no salir del raíl, a cumplir a rajatabla lo solicitado sin arriesgar. A no atreverse. Claudio Giráldez sí se atreve en las decisiones. Si en el primer equipo gustan Tincho, Carlos Domínguez, Hugo Álvarez, Pablo Durán y Miguel Rodríguez, todos al once inicial. Pero con sentido. Protegiendo las dudas de crecimiento del lateral como carrilero, disponiéndose con tres centrales. Y empujando. Empujando en lo posicional desde el mismo pitido inicial. Insistiendo en que se quiere el balón. Fingiendo que no quema, torrado como está por los resultados. Al Rayo Majadahonda no le disgustó la cuestión. Cierto que tardó 10 minutos en ajustarse y que, en ese tiempo, pasó cierto agobio, sobre todo en la salida de balón. Pero sin que Lucho, su portero, sufriese. Porque al filial le da vértigo asomarse al balcón del área rival. Lo corteja pero con un discurso demasiado lento. Pasando por muchas paradas en el toque, cuando el ataque pedía circulación rápida o pase largo para hallar a los carrileros. Lo entendió Carrique por la diestra. A Tincho le costó la izquierda».

«El rival tenía cara de agazapado. Se empezó a mostrar en las jugadas a balón parado ante un filial poco expeditivo (redundancia) y buscó las largas e inexpertas piernas de Rahim, que ganaban atrás los duelos de velocidad con Miguel y hacían sufrir a la espalda de Carrique arriba, por su banda zurda. Nada espectacular porque el bloque majariego tampoco está para fiestas de confianza. Los gritos de su capitán, Casado, en forma de broncas, lo denotaban. Así como la soledad del veterano ilustre David en punta, en un campo que pisó con aquel Celta de Segunda que ascendió. La cuestión es que el gol llegó de forma rocambolesca en un fútbol tan medido como el actual. Con el equipo local en campo propio, Christian Joel, su portero, pateó en largo un balón centrado entre la defensa rival y su portero. La una no llegó y el otro no salió. Lo que permitió a Pablo Durán explotar su capacidad para el juego con espacios y batir al remolón guardameta. Era el minuto 39 y lo inesperado rompió el marcador. Para los Baláidoscentristas, un gol que nunca se podría haber dado en Barreiro».

«Tras el descanso, tocaba saber si el Rayo Majadahonda variaría la apuesta. Porque al Celta B el marcador le daba la razón del todo y el juego, en parte. Pero no hubo nada sorprendente. El miedo no es libre, es cárcel. Claro que el fútbol tiene vida propia a balón parado. Por eso, en cuestión de 3 minutos, el conjunto majariego empató -falta lateral, rechaces y tanto de Ofoli– y el local volvió a tomar ventaja -córner en corto, centro de Sotelo, cabezazo de Javi Domínguez y remache sobre la línea de Carlos Domínguez-. Poco había cambiado, salvo el marcador. En un duelo de fragilidades, quien sólo se estalla sin quebrarse, gana. Y al Majadahonda lo quebró el segundo tanto local. Un equipo sin confianza desconfía de todo, especialmente de sí mismo. Las pérdidas son sólo un síntoma de descomposición.  Llegaron los cambios. El Majadahonda, para no dejarse morir. El Celta B, para no dejarse asustar. Faltaba media hora de fútbol y, visto lo visto, no hay que desconcentrarse ni uno. La primera victoria de la temporada en casa era un manjar deseado. Mucho más se revolucionó, lógicamente, el Majadahonda, con mucha más presencia numérica en área celeste, en busca de saques de esquina o incluso de banda que generasen cosas cerca del portero local. Había que contrarrestar ese paso adelante aprovechando espacios atrás. Pues ni una cosa ni otra. Casi mejor».

Majadahonda Magazin