En el verano de 2017 una enorme rata sembró el pánico en la céntrica Gran Vía de Majadahonda, provocando un fenómeno de pánico entre los transeuntes conocido como «musofobia» y del que MJD Magazin informa de nuevo ampliamente. Un año después, el Ayuntamiento de Majadahonda ha instalado en la calle Gran Vía-esquina calle Cid- un sistema inteligente para el control de roedores. «De esta manera, el municipio apuesta por una solución Smart para el control absoluto de la actividad de roedores en el alcantarillado y las dependencias municipales. Con esta prueba se pretende estudiar la eficacia del método y poder instalarla en zonas “conflictivas”. Entre sus ventajas destaca la posibilidad de cambiar la trampa de lugar según las necesidades», destaca la corporación en una nota de prensa. 


rata muerta

rata muerta

«Gritos, llanto, carreras y el sonido de varios golpes en la Gran Vía de Majadahonda alertaron a numerosos viandantes de que algo estaba sucediendo en este lugar. Serían las 9:00 horas cuando lo que parecía en principio una pelea resultó ser otro tipo de incidente. Una enorme rata de casi 40 cm entre cabeza y cola que en un primer momento salió de la esquina entre la calle del Cristo y la clínica Dentix, penetró en la Gran Vía en dirección a la calle Tizona, como así contaban a MJD Magazin varias personas que transitaban en ese momento por el lugar y que se dirigían a su centro de trabajo. Durante su recorrido, el roedor provocó los alaridos y galopes de varios vecinos e incluso los gemidos de una mujer, ya que este tipo de animal no resulta muy grato de toparse con él y aún más extraño en un lugar tan poco habitual, llegando a pasar muy cerca de alguna de las personas que transitaban en ese momento por la Gran Vía. El pequeño mamífero suscitó también revuelo entre las personas apostadas en la terraza de la churrería La Madrileña, ya que se dirigía hacia aquel lugar y no precisamente para desayunar. Finalmente la rata fue interceptada y abatida por un hombre que se encontraba en el lugar quien, provisto de un bastón, asestó un golpe certero, después de intentos fallidos que son los que se pudieron escuchar en varias ocasiones durante el suceso. Tras lo sucedido regresó la calma a este populoso paraje del centro de la ciudad y el cadáver del roedor fue retirado horas más tarde por los servicios de limpieza». La enorme dimensión del animal pudo concretarse gracias a la fotografía de MJD Magazin, ya que la tapa de la alcantarilla mide 60 centímetros y con ella puede compararse.

Según el diccionario, la rata es un mamífero roedor que pertenece al género Rattus y a una multitud de especies; alcanza hasta 50 cm de largo y es de cabeza pequeña, hocico puntiagudo, orejas tiesas, cuerpo ancho, de pelaje generalmente gris oscuro, patas con reducción del pulgar y cola larga, cubierta de escamitas entre las que despuntan algunos pelos; en general es muy voraz y prolífico, además de veloz, buen nadador, trepador y cavador. Aunque parezca algo muy extendido en nuestra sociedad, la “musofobia” o “miedo a las ratas” que se creó en la Gran Vía majariega es cultural. La web de “Bichos On Line” cuenta que en nuestra cultura esta sensación de pánico o miedo fóbico a ratas y ratones ha sido un denominador común de libros, dibujos animados, programas de televisión y películas en las cuales se retrataba a las mujeres histéricas gritando y saltando a lo alto de las sillas o las mesas al ver un ratón. “Quienes padecen esta condición experimentan terror y repulsión ante animales como las ratas y los ratones, aunque en algunos el miedo se extiende a todos los roedores en general (topos, hamsters, conejillos de indias, etc).

La zona recuperó rápidamente la normalidad

Se trata de una clase específica de zoofobia (miedo a los animales). Esta fobia es un miedo irracional y desproporcionado, y suele ser diferente a la preocupación racional acerca de que las ratas y ratones contaminen provisiones de comida, que ha sido universal para todos los tiempos, lugares y culturas. Más allá de los retratos estereotipados de género previos al siglo XXI, la musofobia en occidente ha sido siempre experimentada por ambos sexos. En muchos casos, el miedo a los ratones es una respuesta condicionada socialmente inducida, combinada con (y originada en) una respuesta sobresaltada (es decir, la respuesta a un estímulo inesperado), común en muchos animales, incluidos los seres humanos, más que un trastorno real”, señala la web.

Todo eso será historia desde esta semana: «un servicio respetuoso y basado en la tecnología: La multinacional sueca Anticimex –con quien el Consistorio lleva dos años colaborando- apuesta por el uso de las nuevas tecnologías y las soluciones sostenibles para el control de plagas, minimizando el uso de pesticidas y biocidas. Las trampas son automáticas y actúan mediante sensores de movimiento y temperatura para detectar al roedor. Entonces se activa un mecanismo formado por varas que impacta con la rata causándole la muerte inmediata. Acto seguido, el sistema se retrae y vuelve a estar activo inmediatamente. Este sistema no representa ningún riesgo para las personas y, como no usa ningún tipo de producto químico, evita la contaminación de las aguas sanitarias del municipio. La monitorización del dispositivo en tiempo real permite realizar un seguimiento exhaustivo del número de roedores eliminados y obtener informes de actuación y evolución de la plaga a lo largo del tiempo. Todo esto que se traduce en un servicio más eficiente y que reduce el número de desplazamientos de los técnicos y las emisiones de CO2. Con la incorporación de Majadahonda, sólo tres municipios de la Comunidad de Madrid usan este sistema para el control de los roedores», señala la nota de prensa del consistorio.

Anticimex (nota de prensa): «El Ayuntamiento de Majadahonda ha confiado en Anticimex, compañía especializada en control de plagas, para modernizar el servicio de control de roedores en el término municipal. Majadahonda apuesta por una solución inteligente para eliminar los roedores que habitan en la red del alcantarillado del municipio. El servicio Anticimex SMART es respetuoso con el medio ambiente y no utiliza productos contaminantes ni biocidas, evitando así la contaminación de las aguas sanitarias. Además, su tecnología permite monitorizar cualquier actividad de modo remoto y con la máxima eficiencia. La instalación de la primera trampa de captura se produjo en Gran Vía, esquina Calle del Cid». Al acto asistieron los concejales María José Montón, Gustavo Severien, Angel Alonso junto con Alex Frenck Peck, jefe de servicio de prevención y promoción de la salud de la Concejalía de Bienestar Social, Sanidad Mayores y Familia y José María Herranz, gerente de Servicios de Anticimex en Madrid.

 

Majadahonda Magazin