Las primeras entradas vendidas de un partido oficial difícilmente repetible: Rayo Majadahonda-At. Madrid

LIDIA GARCIA. Vale que es el Wanda y no en el Cerro, vale que el At. Madrid es el actual campeón de Liga y el Rayo Majadahonda un equipo de la tercera división española (Primera RFEF o Segunda B, «que me da igual que me da lo mismo”), vale que el miedo escénico impone, que Griezmann, Oblak, Luis Suárez o Joao Félix son tela marinera y colchonera, no digamos Mario Hermoso, Carrasco o Koke, pero la Copa es la Copa y nunca salen todos los titulares. Y aunque son dos clubes hermanados (que no filial), hay mucho rayista colchonero y Simeone entrena en el campo del Rayo Majadahonda (que es municipal, no se olvide nunca, a efectos de permisos de obras, techos y cubiertas, repartos de tiempos, etc…) y todo lo que queráis pero… ¡Yo tengo mi entrada! Y lo pone bien clarito: Rayo Majadahonda-At. Madrid, 6 de enero de 2022, 21.30 horas. Y esta vez, llueve o truene, sí estaremos cubiertos. Y espaciados, vacunados, con gel y con doble mascarilla si hace falta, aunque nos la quitemos para gritar ¡Vamos Rayo!. Ellos serán 15.000 o 20.000 o 30.000 (también muchos estarían en el Cerro) pero un espectáculo así no me lo pierdo. Y si estuvieran aquí mis sobrinos los invitaría: no me importa que sean 40.000 gargantas atléticas, aunque parece que están en horas bajas en la Liga, contra los ¿4.000, 5.000, o 15.000 rayistas? ¡Que más da!

Los sectores 120-121, la Puerta 33… ya me veo entrando por el Wanda por la alfombra roja (o rojiblanca, que para la ocasión me da lo mismo) para disfrutar de un espectáculo que seguramente sea único en nuestras vidas: ¡El Rayo Majadahonda contra el campeón de Liga el año en el que además la ganó el Atleti! ¿Te lo vas a perder? Yo, desde luego, no. Tiempo habrá para enfadarse, patalear, vociferar o canturrear pero… Yo no dejo sola a mi Rayito, al que tantas veces he visto en La Oliva con sus jugadores de su cantera, sus entrenadores y directivos, eso nunca.

Y aunque difícilmente distinga un fuera de juego de un fuera de banda, como le ocurre a nuestro alcalde, ese 6 de enero Día de Reyes, tan especial para mí porque nació mi hijo que jugó trece años con esa camiseta, ese histórico, maravilloso y especial día, que cuenten con mi garganta aunque nos metan diez. Y si llegamos a la prórroga, a los penaltys, o nos eliminan por la mínima, también, ya que si ganamos y pasamos… Bueno, eso ya no sería un sueño sino un delirio… de grandeza, pero ellos siempre dicen que esto es fútbol, once contra once, todos iguales, todos diferentes. Y sé de unos que van al Wanda no solo a demostrar que son tan profesionales como los demás sino a jugarse la vida. ¡Vamos Rayo!