JORGE RUBIO. «Hace unos días denunciábamos en Madrid Directo a un establecimiento que vendía alcohol a menores en Majadahonda. Varios padres llamaron nuestra atención y finalmente conseguimos grabarlo. Esta circunstancia ha desatado una inspección de locales en Majadahonda. Policías uniformados y de paisano ha recorrido tiendas y bares en los que aún podrían estar llevándose a cabo la venta local a menores. Nuestras cámaras han estado con ellos». Con estas palabras, el programa de televisión Madrid Directo desvela las acciones tomadas por la policía local de Majadahonda para poner fin a la venta ilegal de alcohol y tabaco a menores que se estaba produciendo en algunos locales de la ciudad. Un caso por el que el sindicato policial de la localidad tuvo que pronunciarse emitiendo un duro comunicado en el que señalaban que dicho local ya fue denunciado en 2017 por la venta ilegal de estos productos a los menores majariegos. Durante el reportaje se sorprendió a un chico de 16 años fumando un «porro» de hachís en la calle: la policía lo detuvo y él alegó que no sabía lo que fumaba porque «me lo han dado así». La excusa no coló, sus padres fueron avisados y lo recogieron dándole una severa reprimenda. La multa: 300 euros por consumo de drogas en la vía pública.


El programa de Telemadrid se sumergió de lleno en la investigación realizada por los cuerpos de seguridad locales para comprobar «in situ» como se realizan las pesquisas necesarias para denunciar a los locales que incumplen la ley por venta de alcohol a menores. Y ha comprobado como los comercios «chinos» que estaban bajo vigilancia han comenzado a pedir el carnet de identidad a todas las personas que solicitan la venta de bebidas con graduación alcohólica, una práctica que se tenía que haber realizado desde siempre y a la que obliga la ley.

Los agentes para tramitar las actas de la denuncia tienen que ver directamente cómo se realiza la venta de alcohol a menores, lo que complica aún más los controles sobre estos locales ya que éstos ponen cartones de publicidad que hacen de mamparas e impiden ver lo que se vende dentro. Y en presencia de adultos la venta nunca se produce. «Estos negocios suelen tapar con cartones sus escaparates, precisamente para imposibilitar ver lo que sucede en su interior«, confirma el canal televisivo en su web. El reforzamiento de la vigilancia, al menos, ha servido de control, lo que demuestra que el reportaje periodístico cumplió su función social. Ahora todo el mundo está alerta y quien vea a menores comprando o consumiendo alcohol podrá ponerlos de nuevo en el punto de mira.

Majadahonda Magazin