MANU RAMOS. “El secuestro de dos rusos en Majadahonda contado por sus autores: «Nos robaron 3 millones”. El entorno de los detenidos afirma que se tomaron la justicia por su mano tras sufrir una estafa piramidal. Localizaron a su objetivo en Madrid e intentaron secuestrar a un compatriota que se quedó con su dinero. Esa es, al menos, su versión” titulan los periodistas Miguel Ángel Gavilanes y Guillermo Cid (El Confidencial) con una explícita ilustración de Ainara Rúa. La noticia se publicó este 3 de octubre (2024) y cuenta como “Daniel, uno de los cooperadores, junto a las esposas de Andrei y Evgeny, dos de los detenidos, explican a través de una traductora y por videollamada cómo un grupo de pequeños empresarios dedicados a la construcción, la restauración, la exportación o la inversión, afirman, han terminado encarcelados a miles de kilómetros de sus países, tras intentar tomarse la justicia por su mano, según su relato. El objetivo era Anatoly, la víctima del secuestro, quien supuestamente les robó más de 3 millones de euros, alegan. Todos estos nombres son ficticios para garantizar su anonimato”. El suceso en el que una furgoneta cortaba el paso a un Audi Q7 en el parking del centro comercial Equinoccio de Majadahonda (Madrid) dio la vuelta al mundo. La operación de la Guardia Civil abortó el secuestro de 2 personas de nacionalidad rusa y se saldó con 5 detenidos con pasaportes ruso, rumano y búlgaro. Las víctimas “podrían tener recursos en criptomonedas y fueron secuestrados para extorsionarlos y robarles ese material”, explicó entonces el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Francisco Martín. Algunos medios lo achacaron entonces a mafias del Este y pasaron página. “Pero algunas cosas no encajan. Que el entorno de los detenidos acuda a la prensa para contar su versión y compartir, además, numerosa documentación, podría ser una de ellas (o solo una campaña de relaciones públicas de cara al juicio). Esta es la historia detrás de un intento de secuestro contada por los secuestradores. Y, también, la de todas sus lagunas e incongruencias”, se preguntan los periodistas. La defensa trata de convencer al juzgado de primera instancia de Majadahonda de que se acudió a la justicia ordinaria en Rusia pero, apurados, decidieron intervenir. Así, se trataría de un delito de realización arbitraria del propio derecho, con penas de entre 6 y 12 meses de prisión, en lugar del de secuestro, castigado con entre 6 y 10 años.
CRIPTOS, FOREX Y PARAÍSOS FISCALES: “En febrero de 2023, según una denuncia presentada por Daniel en Kaliningrado, empieza todo. Anatoly ofrece un negocio de moda, fácil y rentable a Andrei, a quien conocía de anteriores operaciones, y a otros socios, entre los que estaban Daniel y Evgeny. Les propone invertir en Forex, el clásico comercio de divisas que vive un nuevo auge gracias a internet y la programación. El esquema es, en principio, sencillo. En su caso, van a intentar ganar dinero con la compraventa de yenes y dólares. Un bot hará los cambios o swaps para ir arañando céntimos en la cotización de ambas monedas, comprando más barato y vendiendo más caro. Es uno de los negocios estrella de los influencers financieros que dicen ser profesionales del trading. Pero como en todos estos negocios milagro que explotan en la red, hay una cara B”, señalan.
“ANDREI COMIENZA A CONVENCER A AMIGOS Y CONOCIDOS Y SE ALCANZAN MÁS DE 50 PERSONAS DE RUSIA, UCRANIA, TURQUÍA Y POLONIA QUE INVIERTEN EN EL PROYECTO. La liquidez recibida en la wallet se mueve a otras dos carteras que, según los secuestradores, iban a servir para jugar con las divisas pero que solo controla el propio Anatoly. El experimento tiene poco recorrido. Pocos meses después, el 8 de abril de 2024, Andrei recibe un correo electrónico, supuestamente de Anatoly, que le hiela la sangre: “A ver, hasta da miedo escribir esto, es que no pensé que llegara tan lejos, pero lo de los swaps es una ficción, por eso nadie en el mundo se ocupa de ello. Nada de swap free existe en realidad. […] Todo estaba hecho y configurado de tal manera que pareciera real”, se sincera Anatoly con su hasta entonces socio, a quien le avanza que “por razones obvias me veré obligado a desaparecer”. En cuanto al dinero, confiesa que “está claro que todo lo que figura en las cuentas, todo este dinero no existe” y le propone devolverles el dinero en dos años.
ANATOLY CIERRA SU MENSAJE CON AMENAZAS. “Depende de vosotros buscarme o no, pero creo que lo haréis. Esto solo complicaría la devolución del dinero; en caso de cualquier agresión en contra de mi familia, voy a reconsiderar mis acuerdos y tomar acciones espejo. Tengo suficiente información y oportunidades; no tengo nada que perder”. Y advierte: “Nadie sabe dónde estoy hoy y dónde estaré mañana”. Andrei, desesperado, le contesta en cuatro emails: — Dime, ¿me estás tomando el pelo? — Te lo suplico, dime que es una broma… lo perdí todo, tengo deudas de 800 mil — Te lo ruego, contáctame, lo resolveremos todo… no puedes actuar así, somos amigos… — Vamos a hablar de lo que pasó. ¿Cómo puedo ayudarte? ¿Cómo vas a devolver el dinero? Nadie responde.
LOCALIZADO POR PEDIR COMIDA A DOMICILIO: “En total, las direcciones señaladas como parte del negocio mueven cerca de 18 millones de dólares. Entre ellos estarían los 3 que reclaman los secuestrados. ¿Cómo no detectaron los movimientos antes? “Anatoly nos engañó, nos dijo que esas cuentas que servirían para jugar con los swaps pertenecían a proveedores de liquidez para el negocio, pero eran cuentas suyas. Nunca tuvimos acceso a ellas”, señala Daniel. También parece congelada la página web de la empresa creada por Anatoly. Hoy es una bonita carcasa con gráficos de actividad bursátil pero en la que nada funciona. Descubierto el pastel, el grupo de amigos comienza a moverse pese a las amenazas de Anatoly. En una suerte de “Atrápame si puedes” buscan una aguja en un pajar por medio mundo. Pero, gracias a sus contactos en diversos sectores como la política y la ciberseguridad, la huida del secuestrado no llega muy lejos. Gracias a la dirección de IP desde la que se envió el correo de despedida, descubren que está en el área de Madrid. El grupo consigue las direcciones de las casas de Anatoly y su asesor al acceder —no revelan cómo— a datos de las empresas de comida a domicilio y de la matrícula del Q7, registrada a nombre del ayudante. Alarmados por el nivel de gasto de su objetivo en España, por ejemplo, al comprar el coche, toman la decisión de intervenir. Les ayuda Hristo (nombre ficticio), un ciudadano búlgaro residente en Cataluña desde hace más de 20 años a quien conocen por dar asistencia a rusos que quieren trasladarse o comprar una segunda residencia en España”, indica la investigación periodística.
“LA GUARDIA CIVIL OBSERVA CÓMO VIGILAN AL OBJETIVO Y CÓMO SE PREPARAN. Y llegó la captura. «Empezó a darse cuenta de que estaba en aprietos. Empezó a pedir perdón y estaba en proceso, queriendo devolver el dinero, pero la policía les interrumpió y no les dejaron hacer eso», traslada la traductora. Las fuerzas de seguridad localizaron en la Mercedes a las víctimas del secuestro maniatadas y malheridas. Pese a todo, la versión de los captores es que pretendían entregar a Anatoly a las autoridades. ¿Por qué no detuvieron su fuga entonces? Esta explicación tampoco le encaja al instituto armado, ya que los detenidos llevaban consigo su equipaje, cuentan fuentes de la investigación. También les intervinieron ropa de entrenamiento de la Policía Nacional, dos armas simuladas, radios, cinturones con fundas para pistola, bridas y cinta americana. “Su voluntad no era secuestrar ni robar”, explica Aina Paredes, abogada de los detenidos especializada en derecho penal. “Como tiene una orden de busca [en Rusia], pretendían llevarlo ante la justicia para que lo deportaran, con mayor o menor idea de cómo funciona aquí la policía o la justicia”, narra la letrada que concluye que “al final es una actuación de personas desesperadas que se toman la justicia por su mano”, concluye.
FUENTES PRÓXIMAS A LA VÍCTIMA DEL SECUESTRO AFIRMAN, SIN EMBARGO, QUE EL PLAN DE LOS CAPTORES, SEGÚN LA VERSIÓN DE ANATOLY, ERA “LLEVARLO A UN BOSQUE” y tachan toda esta versión como parte de una estrategia para presentarse “como los buenos de la historia”. Definen a Anatoly como un empresario, sin dar más detalles. Ante la Guardia Civil, la víctima declaró que era un programador que se dedicaba al mundo cripto. De ahí las declaraciones del delegado del Gobierno. También, confirmó que conocía a los detenidos, ya que intentaron ir primero a por su madre, residente en Rusia, y que, según Daniel, era la relaciones públicas de la supuesta trama y está tratando de abandonar el país hacia algún estado de la zona Schengen. Así, ¿por qué acuden a la prensa? Primero, para evitar la prisión preventiva en la que se encuentran sus familiares. “Nos molesta que nos traten, por prejuicios, como delincuentes; hemos presentado certificados, visados, denuncias…pero parece que no nos creen”, se queja Daniel. Alegan que varios de los detenidos cuentan con arraigo en España, uno de los supuestos que permite obtener la libertad provisional. Segundo, porque Anatoly se ha movido en muchas juridicciones, como Chipre o Turquía, alertan”. Por último, afirman tener información de que los secuestrados han conseguido un broker aquí, en España, con el que podrían operar en toda Europa. “Queremos prevenir a otras personas, porque sabemos que está construyendo otra estafa piramidal, para que no caigan como nosotros”, cuenta la mujer de Evgeny. Su socio Daniel, desde territorio ruso, zanja: “claro que nos arrepentimos. Él [la víctima] solo tuvo unos moratones que ya se le han pasado. Lo hemos hecho de una manera muy tonta, teníamos que haberlo hecho de una forma más legal”.
Parece que Majadahnda se puedhe convertir en el salvaje oeste de indios rusos