MIGUEL SANCHIZ. El Impromptu del final navideño de Fernando Arrabal me ha dejado completamente maravillado. Desde el primer instante, el genio creativo de Arrabal se despliega con una mezcla de sensibilidad, ironía y profundidad que logra transportarnos a un universo único, donde la Navidad romana y la cristiana se entrelazan en un juego de símbolos y significados. Este breve pero impactante texto es una verdadera obra de arte, en la que cada palabra parece cuidadosamente escogida para provocar una reflexión profunda en el lector. Lo primero que llama la atención es cómo Arrabal, con su estilo característico, nos sumerge en un mundo donde lo pagano y lo sagrado convergen de manera magistral. La Navidad, como celebración cultural y religiosa, es el eje central de este relato, pero lo que realmente destaca es la manera en que el autor trasciende las convenciones habituales para ofrecernos una perspectiva fresca y provocadora. En este Impromptu, Arrabal no solo demuestra su vasto conocimiento histórico, sino también su habilidad para convertir conceptos complejos en una narrativa poética y reflexiva. La combinación de lo mundano y lo divino que plantea es un verdadero deleite intelectual.
LA SENSIBILIDAD DE ARRABAL AL TRATAR LOS TEMAS DE LA TRADICIÓN Y LA FE ES EVIDENTE EN CADA PÁRRAFO. En su obra, lo sagrado y lo profano no son opuestos irreconciliables, sino dos caras de una misma moneda que se complementan y enriquecen mutuamente. Es admirable cómo el autor logra transmitir esta idea sin caer en dogmas ni en simplificaciones, sino mediante una exploración profunda y matizada. La Navidad que retrata Arrabal no es solo un tiempo de celebración, sino también un momento de reflexión sobre la condición humana, nuestras creencias y las tradiciones que compartimos. Uno de los aspectos más fascinantes de este texto es la manera en que Arrabal entrelaza lo histórico y lo contemporáneo. Su conocimiento de la historia romana y cristiana no es solo un telón de fondo, sino una herramienta que utiliza para enriquecer su narrativa. La manera en que combina elementos de estas dos tradiciones nos invita a reconsiderar la Navidad como un fenómeno cultural y espiritual que ha evolucionado a lo largo de los siglos.
AL LEER ESTE IMPROMPTU, UNO NO PUEDE EVITAR MARAVILLARSE ANTE LA FORMA EN QUE EL AUTOR JUEGA CON LOS SÍMBOLOS Y LOS SIGNIFICADOS, creando un texto que es a la vez accesible y profundamente filosófico. Arrabal también demuestra una maestría impresionante en el uso del lenguaje. Su estilo, tan característico y único, nos envuelve desde la primera línea y nos lleva de la mano a través de un viaje literario que es tanto estético como intelectual. Cada palabra parece estar cuidadosamente escogida para provocar una reacción en el lector, ya sea una sonrisa, una reflexión o una profunda emoción. Esta atención al detalle es lo que hace que el Impromptu del final navideño sea una obra tan memorable y poderosa. Es especialmente notable cómo Arrabal utiliza la ironía para desafiar nuestras percepciones y hacernos cuestionar lo que damos por sentado. En este texto, la Navidad no es simplemente una celebración, sino un terreno fértil para la exploración de temas más amplios como la fe, la tradición y la condición humana. La ironía de Arrabal no es cruel ni cínica, sino profundamente reflexiva y, en cierto modo, compasiva. Nos invita a reírnos de nuestras propias contradicciones mientras al mismo tiempo nos confronta con verdades incómodas.
OTRO ASPECTO QUE MERECE SER DESTACADO ES LA CAPACIDAD DE ARRABAL PARA CONECTAR CON EL LECTOR A UN NIVEL EMOCIONAL. A pesar de su enfoque filosófico y su uso de referencias históricas, el texto nunca pierde su humanidad. La Navidad que retrata Arrabal es profundamente personal y universal a la vez, lo que permite que cada lector encuentre algo con lo que identificarse. Esta dualidad es una de las grandes fortalezas del Impromptu, y es lo que lo convierte en una obra tan impactante y duradera. No puedo dejar de mencionar cómo este texto nos invita a reflexionar sobre nuestras propias tradiciones y creencias. Al confrontarnos con una visión de la Navidad que trasciende lo convencional, Arrabal nos desafía a cuestionar lo que realmente significa esta celebración para nosotros. ¿Es simplemente una ocasión para el consumo y la celebración superficial, o es algo más profundo y significativo? Este es el tipo de preguntas que el Impromptu del final navideño nos plantea, y es precisamente esta capacidad para provocar reflexión lo que hace que la obra sea tan valiosa.
EN DEFINITIVA, EL IMPROMPTU DEL FINAL NAVIDEÑO ES UNA JOYA LITERARIA que solo alguien con la genialidad de Fernando Arrabal podría concebir. Leer este texto ha sido una experiencia profundamente enriquecedora, que me ha dejado no solo maravillado por la habilidad del autor, sino también lleno de preguntas y reflexiones sobre la Navidad y lo que significa para mí. Es raro encontrar una obra que sea capaz de combinar la erudición, la creatividad y la humanidad de una manera tan armoniosa, pero Arrabal lo logra con una facilidad aparente que solo los grandes maestros poseen. Al finalizar este texto, no puedo evitar sentirme agradecido por haber tenido la oportunidad de leerlo. Es un verdadero regalo navideño, una obra que permanecerá conmigo mucho tiempo después de haberla terminado. Arrabal, con su aguda inteligencia y su sensibilidad única, nos ha dejado una visión de la Navidad que trasciende las barreras del tiempo y el espacio, y que nos invita a mirar más allá de lo evidente para descubrir lo que realmente importa. ¡Bravo, maestro!. ¡Tu Impromptu es un legado que seguirá inspirando a quienes tengan la fortuna de leerlo!.
…en viva connivencia
« arrabalaicamente »
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Fernando Arrabal, el Premio Zenda de honor 2023-2024, es el autor teatral vivo más representado en todo el mundo. Durante su carrera literaria ha publicado trece novelas, ocho libros de poesía, varios textos para teatro y varios ensayos, entre los que destacan sus libros sobre ajedrez. Sus obras han sido traducidas a numerosos idiomas. Su Carta al general Franco tuvo especial repercusión, publicada en vida del dictador. Arrabal es el único gran intelectual español que no volvió del exilio.
Su teatro completo, editado en los principales idiomas, ha sido publicado en dos volúmenes de más de dos mil páginas, en la Colección Clásicos Castellanos de Espasa. El jurado de los Premios Zenda argumentó su decisión de esta forma: «Fernando Arrabal es uno de los creadores más extraños y heterodoxos de los últimos 70 años en el contexto del español. Despliega una intensa obra que va del teatro al cine, del aforismo a la poesía, de la narrativa al género epistolar, de la pintura a la performance».
Como siempre, Miguel Sanchiz, con su verbo periodístico, florido pero directo, nos presenta e introduce a una persona tan prolífica y carismática como Arrabal a través de cómo ve y entiende la Navidad. Debo reconocer que este tipo de personajes me subyugan al tiempo que confunden. Lo mismo me ocurre con Dalí.
En cualquier caso, grandes.
Maestro, su respuesta, en viva connivencia y «arrabalaicamente», es un regalo en sí misma. Qué lujo recibir su ingenio comprimido en tan pocas palabras, cargadas de arte y esencia. Gracias por iluminar con su genio. Abrazo eterno.