JORGE RUBIO. El nuevo programa de Televisión Española «Víctimas del misterio» recreará en sus emisiones el horror de los crímenes cometidos por el descuartizador de Majadahonda. Este programa «mostrará cada semana en La 1 algunos crímenes ocurridos en España durante los últimos 20 años relacionados con el mundo del misterio esotérico» y otras temáticas similares como el vudú, tarot, sectas o juegos de rol. Para recrear estos sucesos, «Víctimas del misterio» utiliza el conocido formato de «docudrama» para elaborar una «docuserie» que cuenta con testimonios los de familiares, policías, forenses o periodistas implicados en estos casos. Además, el programa cuenta con el siguiente plantel de expertos que analizarán cada uno de estos crímenes: Lorenzo Fernández Bueno (director de la revista Enigmas y especialista en misterio), Beatriz De Vicente (abogada y criminóloga) y Serafín Giraldo (inspector de policía). Además del descuartizador de Majadahonda, esta docuserie abordará otros casos como el del asesino de la catana; la hermandad del Gorrión de Jaén o el falso monje shaolín de Bilbao. Precisamente sobre este último versó la primera de estas emisiones.


¿Qué componente de misterio encierran los asesinados por el descuartizador de Majadahonda? Aquejado de esquizofrenia paranoide, Bruno Hernández creía formar parte de una hermandad secreta y otros delirios como el de poseer un «alter ego oscuro». «“Me sorprendí a mi mismo revisando los teléfonos de mi casa y los muebles. Seguramente me habían pinchado la línea para poder conocer todos mis secretos y hacerme el máximo daño posible. Un día, viendo las noticias salió el Papa. Allí estaba a mi lado, impertérrito mi alter ego y me reveló una noticia asombrosa: el Papa era miembro de una sociedad secreta desde hacía años y adoraban a unos seres de luz venidos de otra galaxia. Me dijo que yo también pertenecía a tan selecto club secreto de culto y que esta información me había sido ocultada durante años”, confesaba Bruno Hernández en su terapia.

“Llevo tiempo pensando en ese familiar que me observa. Creo que lo sabe. Tengo que hacer algo. No sólo eso, la situación es peor de lo que pensaba. Hay una inquilina en mi casa y creo que en realidad es una infiltrada, sabe quién soy. Tengo miedo, necesito idear algo para protegerme. Mi alter ego ha empezado a cobrar más fuerza. Dice que los seres de luz le nutren para ayudarme. Ahora le oigo alto y claro, ya no me susurra. Me dicen que estoy delirando…qué sabrán ellos! Delirar es hablar con alguien que no existe y yo hablo con mi alter ego y otras veces conmigo mismo por tanto como yo existo no es un delirio. No entienden nada”, concluía. Todo un relato que constituye alrededor de este caso un halo de misterio y de leyenda negra que se proyecta incluso sobre la casa en la que se cometieron los crímenes, ya que como aseguraba la novia del descuartizador «la casa le daba malas vibraciones».

Majadahonda Magazin