JULIA BACHILLER. Majadahonda está de actualidad a nivel nacional ante la denuncia pública realizada por Esther y Natalia Andia, dos vecinas del municipio, madre e hija respectivamente, las cuales han sido requeridas por medios como Telemadrid, Telecinco, Cuatro TV y Antena 3 para contar su versión de lo sucedido. MJD Magazin fue el primer medio que dio la noticia y periodistas de estas cadenas, entre ellos del popular programa matinal de Ana Rosa Quintana, solicitaron la ubicación del incidente y el contacto con las protagonistas, que gustosamente ofrecimos. En estos programas, ambas vecinas cuentan que se ven amenazadas por otras dos vecinas que lanzan basura a su patio. El motivo que creen como origen de tan incívico acto es que las han pedido las llaves de su domicilio para poder entrar a su casa haciendo uso del patio vecinal al cual se tiene acceso desde la casa afectada por los vertidos. Ante su negativa a entregar dichas llaves, las acosan lanzándolas huevos, restos de basura e incluso lejía para secar sus plantas. La propia Natalia Andia ha colgado en redes sociales unos videos realizados por ella donde muestra estos restos en el patio, lo que ha provocado duros comentarios, insultos y amenazas. Incluso hay quien se ofrece a llevar a cabo «represalias». La situación se está desbordando y los vecinos señalados como causantes de estos incidentes denuncian a su vez que están sufriendo el acoso y el temor de que estos comentarios se materialicen en algo más grave, provocando así una desgracia. Hasta aquí sucintamente el relato de los hechos. Y ahora aparece la televisión, cuyo guión ha sido el siguiente: los cuatro medios televisivos antes mencionados han centrado el suceso en el testimonio de estas dos vecinas, bajo titulares como “La guerra entre vecinos de Majadahonda por un patio: «Me lanzan filetes podridos» (Telemadrid); “Guerra entre vecinos por un patio. Tiran huevos, filetes podridos y hasta lejía al patio interior del edificio desde hace 6 años” (Telecinco, en el programa de Ana Rosa); “En Majadahonda una vecina está viviendo un verdadero calvario y todo por el patio que tiene en su domicilio, algunas vecinas quieren utilizarlo y le lanzan cosas y hasta la insultan” (Cuatro TV al comienzo de su presentación) y “Una mujer denuncia que sus vecinos tiran desechos a su patio, que alegan ser de uso común” (Antena 3). 

Al testimonio de las acusadas por estos incidentes tan solo Cuatro le dedica unos breves segundos. Por su parte, en “El programa de Ana Rosa”, Telecinco, desde su primera exposición, fue más duro y crítico con lo acontecido, en la cual se dijo: “Ojo con llevarte mal con los vecinos y vivir en este barrio de Majadahonda, porque hay guerra entre ellos por el uso de un patio interior: las armas son huevos, filetes podridos y hasta lejía”. Y posteriormente derivó el debate hacia un ámbito muy delicado que puede utilizarse como arma arrojadiza y de doble filo: el racismo, palabra que causó impacto social pero que debía haberse utilizado con pruebas más sustanciales, algo que no se evidenció. ”Ojo que no es ninguna broma, denuncian también insultos racistas y les da miedo llegar a las manos, enseguida hablamos con la víctima”, relataba el programa con aires de suspense. 

Otra guinda a esta tragicomedia la puso el llamativo dramatismo del reportero enviado a Majadahonda, llegando a asegurar que la vecina afectada «está desesperada pero tiene el apoyo de la mayoría de los residentes del bloque. Afirma que al principio la recibieron mal desde que llegó. Y nos cuenta que la insultan y que supuestamente sus vecinos tienen un comportamiento racista con ella”, a lo que la madre de la propietaria de la vivienda precisa: “Cuando me encuentran por la calle me dicen que soy una latina de m***, que me vaya a mi país, dicen que huelo mal, me dicen «sudaca de m***». La del 1ºB me insulta cuando entro por la puerta, temo que me empuje o algo, y hasta que vaya la policía o el juez a poner orden, yo voy a ser pegada e insultada”. Y retomando la acusación de «racismo», la amplió a la Policía Local y al administrador de la Comunidad de Vecinos: “Siento que es un acoso producto del racismo, porque cuando yo llamo a la policía me dicen que es un problema vecinal y contestan con un «arréglelo usted». Cuando llamo al administrador a mí no me devuelve la llamada. Y sin embargo cuando ella llama, viene inmediatamente y habla con la televisión y todo”. Todo digno del mejor guión de televisión.

Otro personaje que ha intervenido es el administrador de la finca ha tenido que intervenir en dos ocasiones en esta polémica y en su última y solemne declaración dijo: “sobre este asunto indicar que la comunidad gano una demanda por unas obras incorrectamente ejecutadas y que provocaban humedades, tras lo que fueron condenados los propietarios del Bajo C. No me consta, ni tengo pruebas fehacientes, de que haya insultos racistas, y mucho menos que arrojen restos de comida por las terrazas a la vivienda que tiene el uso y disfrute de ese espacio común. Y efectivamente ese es un espacio común del que tiene uso y disfrute el Bajo C, y en ningún momento ningún vecino ha pedido ninguna llave para poder acceder a ese patio. Es un absurdo porque para poder acceder al patio tiene que pasar por la vivienda, y ningún vecino ha solicitado esas llaves. Y como digo, no tengo pruebas fehacientes de que nadie haya tirado nada”. 

Hasta un juez tiene este show televisivo. En efecto, la sentencia del magistrado Gregorio Mª Callejo, de fecha 2/10/2019, a la que ha tenido acceso MJD Magazin, condena a la propiedad de la vivienda Bajo C. Y lo hace por cuatro motivos: 1. La demandada debe asumir la modificación de la ejecución del solado del patio conforme a la conclusión quinta del informe pericial del arquitecto técnico D. Mario Sanz López. 2. Debe proceder a la retirada del toldo colocado en el patio o su sustitución con uno que respete la uniformidad con el resto de toldos. 3. Retirar, en caso de haberlas, bombonas de butano y eventuales restos de basuras. 4. No debe proceder a ninguna otra modificación. A estos 4 puntos, de los 10 que solicitó la demandante (comunidad), fue condenada la demandada. Y a esto hay que añadir que a través del administrador se la requirió en otro momento: “Nos han llegado quejas por los excrementos de su mascota en el patio común al que Ud. tiene acceso. Indicarle que las normas sanitarias y las ordenanzas municipales prohíben taxativamente que los perros hagan sus necesidades en espacios comunes”.

Ni el administrador de la Comunidad, ni ninguna de las cadenas de televisión a las cuales estas vecinas han acudido, han podido acreditar con pruebas fehacientes que el lanzamiento de los mencionados objetos fuera un hecho veraz. Y según aseguran, llevan 6 años padeciendo estos vertidos e incluso tienen grabaciones. Todo hace pensar que, con los antecedentes verificados documentalmente sobre lo sucedido en estos años, se trata de una venganza personal entre vecinos mal avenidos. Curiosamente, y para añadir más complejidad al enredo, durante esos años, las presidentas de la Comunidad fueron estas vecinas a las que acusan de tan deleznables hechos. Y ahora aseguran que les han causado unos daños irreparables con las ofensas vertidas. Así que todo parece indicar que será de nuevo un juez el que valore de nuevo lo sucedido y aclare definitivamente la valoración de unos hechos que, por unos días, han ocupado atención informativa a nivel nacional. ¿O terminarán también siendo una serie de TV como las que tanto éxito tienen narrando las vicisitudes de una comunidad de vecinos?