Mario Vargas Llosa

Mario Vargas Llosa

LIDIA GARCIA. Paradoja en la conferencia del Premio Nobel Mario Vargas Llosa en Majadahonda. Mientras el escritor ensalzaba el oficio de periodista, que él mismo ejerció en Lima (Perú) antes que el de literato, y destacaba la labor «del periodista reportero, que está allí al pie del cañón, buscando las noticias«, el Ayuntamiento de Majadahonda dictaba una orden, que según fuentes de la Concejalía de Cultura procedía del propio alcalde, según la cual los periodistas tenían que estar lejos. Y además informarse por los canales «oficiales«, nada de producción propia con fuentes directas o independientes. MJD Magazin solicitó la habitual acreditación para la cobertura de este acto cultural y obtuvo la siguiente respuesta: «Le informo que para el Encuentro con Mario Vargas Llosa que tendrá lugar este miércoles (27 de enero 2021) a las 19:00 h. no han considerado necesario acreditar a ningún medio de comunicación, dado que se ha dispuesto la retransmisión del acto en directo, mediante streaming, a través del canal de YouTube del Ayuntamiento. El Gabinete de Comunicación proveerá y distribuirá las imágenes a todos los medios que lo soliciten». Cuando el acto comenzó, se deshizo el enigma: los políticos del PP ocupaban la primera fila y al término del acto salieron al escenario para hacerse «una foto institucional» con Vargas Llosa, según anunció la presentadora. Esto fue lo que el novelista dijo sobre el periodismo y los periodistas.


¿Cuándo descubrió la alegría de escribir?: M. Vargas Llosa: -Yo comencé a escribir muy jovencito, cuando estaba todavía en el colegio, sin dar mucha importancia a lo que hacía. Yo tenía el gran problema que teníamos en el Perú, y en muchos países latinoamericanos los jóvenes que descubrían que tenían una vocación  literaria. ¿Qué voy a hacer con mi vida? ¿Voy a dedicarme a esto?. La literatura no tenía un espacio social, casi no había editoriales. En el Perú había librerías que de cuando en cuando publicaban un libro, pero generalmente tenía que pagarlo el propio autor. Era una vocación que no tenía un asiento social. Y muy difícil para un joven que descubría que tenía esa vocación poder decir: «voy a dedicarme a escribir».

Mario Vargas Llosa durante la conferencia

La prensa no pudo verificar el aforo ni ver «in situ» como se desarrollaba el acto «por orden de arriba»

¿Qué hizo? –Yo pensaba: «voy a ser marino o abogado», hasta que descubrí de pronto el periodismo. Y el periodismo sí fue un complemento que encajó muy bien con la vocación literaria, porque a mí me hizo descubrir, por ejemplo, sectores del Perú que yo desconocía por completo. El periodismo fue un compañero que alimentó muchísimo el conocimiento de mi propio país, de mi propia ciudad. Yo vivía en Lima en esa época y el periodismo hizo que recorriera la ciudad porque fui reportero. Realmente fue una experiencia muy enriquecedora la del periodismo, creo que le debo muchos de los temas sobre los que he escrito. Por lo menos la mitad y a lo mejor más. De las novelas que he escrito no las hubiera podido escribir sin las experiencias que me concedió a mí el periodismo. Las personas y los barrios que conocí, los problemas sociales, económicos y políticos que viví en mi país los conocí a través del periodismo. Por eso digo siempre que el periodismo ha sido una fuente riquísima para mis novelas, sobre todo de temas y de personajes.


Juan Cruz conversa con Mario Vargas Llosa

El periodista Juan Cruz (El País) hizo las preguntas más interesantes desde el escenario

¿Al periodismo y a la literatura los considera a la misma altura, la misma exigencia? -No, yo creo que hay un peligro en el periodismo y es el de la facilidad. Creo que la relación que tiene un escritor con el lenguaje es más difícil, debe encontrar su propia voz dentro del lenguaje y en el periodismo generalmente no. No hablo del periodismo del comentarista político, del que escribe artículos, ensayos… sino del periodista reportero, que está allí al pie del cañón, buscando las noticias. Ahí es muy importante escribir de una manera más bien llana, sin una presencia del lenguaje que sea dominante ni muchísimo menos, porque eso desnaturaliza las noticias. El lenguaje del reportero es más bien genérico, en él desaparece la personalidad y más bien el escritor lo que busca es tener una voz propia en la literatura y eso lo alcanza solamente a través del lenguaje. Creo que hay un peligro para el escritor que se dedica al periodismo de reportaje, al de la calle, al que mantiene viva la noticia porque tiene que buscar una cierta impersonalidad en lo que escribe, algo muy distinto a lo que es la voz de un escritor, en la que es fundamental tener una personalidad propia.

El concejal de Majadahonda con Mario Vargas Llosa

Aunque el concejal de Cultura presentó brillantemente el acto, la orden contra los periodistas la dictó el propio alcalde, según fuentes de la Concejalía

¿El libro “La ciudad de los perros” puede ser un ejemplo? -El colegio militar en el que estuve dos años era una institución muy especial, muy particular en el Perú. Era un Perú en pequeña escala, una de esas raras instituciones en la que estaba refractado de alguna manera el país, porque ahí había muchachos de todas las clases sociales. Era probablemente la única institución donde había chicos que venían de familias pudientes, muchos muchachos de clase media que aspiraban luego a seguir carreras militares. Y por un sistema de becas muy generoso que tenía el colegio había incluso muchos muchachos de origen provinciano, campesino, de tal manera que allí había blanquitos, negros, indios, cholos, japoneses, asiáticos… Estaba la sociedad peruana representada de una manera muy fiel y, por supuesto, cada uno llevaba su mundo a ese colegio. Eso explicaba el ambiente de mucha tensión, de enorme violencia que reproducía un poco lo que era la sociedad peruana. Para mí fue descubrir realmente el Perú real. 

Manuel Llorente (El Mundo) hizo una interesante presentación

¿Cómo lo vivió? –Yo había vivido en un mundo de clase media y entonces descubría por primera vez en el colegio el otro Perú. Esa realidad fue muy traumática para mí y para muchos de los muchachos que entrábamos a ese colegio y yo quería volcar esa experiencia, pero no tenía ni idea de lo que iba a ser ese libro en el futuro, para nada. Incluso trabajé tanto ese libro que estaba ya un poco decepcionado. Lo había presentado a distintas editoriales sin éxito y fue Carlos Barral quien lo publicó, tuvo muchas dificultades con la censura que era muy fuerte entonces, pero a pesar de eso consiguió superar a la censura, y creo que en gran parte, y lo que ocurrió con el libro fue para mí una gran sorpresa.

Majadahonda Magazin