Pasada la pandemia, los efectos de las mascarillas en los niños deja efectos devastadores

ELENA MARTICORENA. La conferencia ofrecida por Carolina Ángel el martes 17 de mayo (2022), dentro del ciclo de charlas y talleres organizados por la Concejalía de Infancia y Familia del Ayuntamiento de Majadahonda, se centró en su segunda parte en la incidencia física que el COVID-19 ha generado en los niños y adolescentes. «Recibo en la consulta a muchos padres que me cuentan los problemas de atrofia muscular y de psicomotricidad que tienen sus hijos» resalta Carolina Ángel. Y lo cierto es que debido a las restricciones, y al escaso espacio libre para que los más pequeños pudieran jugar, muchos de los menores de 5 años arrastran deficiencias en la concepción de las distancias. Por otra parte, también les ha sido más complicado asimilar la descodificación facial debido al uso de la mascarilla: «A los niños les ha generado un impacto porque los seres humanos tenemos el cerebro acostumbrado a completar figura y fondo. Al no tener acceso a toda la cara, por la imposición de las mascarillas, se les ha hecho más difícil completar el rostro en su imaginación» añade la psicóloga. Y en cuanto a la protección de la población, mediante el uso de mascarillas, Carolina Ángel insiste en que tan solo se trató de una protección física, dejando de lado la salud relacional.


E. Marticorena

«Algunos de los que estáis aquí presentes lleváis mascarillas, aunque ya no sea obligatorio en los espacios interiores. Supongo que lo hacéis por prevención, o quizá por otra razón. Pero en la consulta recibo muchos adolescentes que no se la quieren quitar para evitar que los demás vean todas sus facciones. Se han acostumbrado a tapar el acné, el vello de la cara, el aparato de la boca o cualquier cosa que no les guste del rostro» detalla Carolina Ángel


La psicóloga Carolina Ángel invita a los asistentes a compartir sus experiencias vividas durante el confinamiento

La incertidumbre de la que habla la psicóloga se refleja en el aumento de las tasas de suicidio, que por desgracia se han disparado no solo en adultos sino en adolescentes.»Hemos visto como muchos progenitores perdían su puesto de trabajo y lo que ha podido implicar para su familia. Con un ingreso menos, muchas familias han tenido que apretarse el cinturón o desprenderse de muchas cosas que siempre habían formado parte de su día a día. Y en ese entorno es en el que los niños y adolescentes pueden sentirse como un estorbo para sus padres» concluye Carolina Ángel. Último capítulo: los efectos devastadores de la pandemia sobre las parejas.

Majadahonda Magazin