La Compañía Lírica Amadeo Vives interpreta sobre el escenario del Parque Colón de Majadahonda «Agua, azucarillos y aguardiente»

ELENA MARTICORENA. Este año 2022, y como parte de la programación estival, las zarzuelas «Agua, Azucarillos y Aguardiente» y «La Gran Vía», representadas por la Compañía Lírica Amadeo Vives, ha roto una «leyenda urbana» con gran éxito de público. Y es que el Parque Colón de Majadahonda vivió el pasado sábado 9 de julio una noche mágica. Con aforo completo, este género musical escénico consiguió cautivar durante más de dos horas y media a un público muy variado. Lo de las «leyendas urbanas» nacidas en Majadahonda viene de que aunque parecen simplemente eso, leyendas, año tras año han ido cobrando su sentido. Las fiestas en honor del Santísimo Cristo de los Remedios, patrón de Majadahonda, siempre dejaban chubascos, y a veces, incluso grandes lluvias, con la correspondiente bajada de las temperaturas. Siempre se ha dicho que con las fiestas de Majadahonda se pone fin al verano y comienza el otoño. Se guardan los bañadores, los pantalones cortos y los tirantes, y vuelven los vaqueros y las cazadoras. Pero además, por no sé que avatares del destino, el peor día, el de las lluvias, solía coincidir con el de la Zarzuela sobre el escenario.


Elena Marticorena

Bien en el Parque Colón o en la Plaza Colón –tras la última obra realizada en la Gran Vía– el espectáculo de la Zarzuela solía cancelarse cuando no era posible asegurar que las lluvias no fuesen a estropear el evento. Además, al no disponer de ningún tipo de carpa, ni techado, la escenografía quedaba a merced de la meteorología. Esto, que no siempre ha sucedido así, se ha repetido en varios de los años en los que el Ayuntamiento contrataba este espectáculo para las fiestas patronales.


El maestro José Antonio Irastorza dirige desde la parte inferior del escenario al grupo de músicos que dan melodía a la Zarzuela

El espectador pudo disfrutar de las dos zarzuelas sentado en sillas preparadas para la ocasión. El calor respetó y permitió a los presentes disfrutar de una velada llena de música, canciones e interpretaciones magistrales. El maestro José Antonio Irastorza, dirigió desde la parte inferior del escenario a los músicos que interpretaron las melodías de las zarzuelas. Como director musical, marcó las entradas y salidas de escena y de los personajes a golpe de instrumento. Una oportunidad doble de disfrutar de las actuaciones, pero también de escuchar música en directo, al aire libre. La escenografía fue sencilla pero bien planteada para introducir a los presentes en el Madrid de la época. El sonido perfectamente acoplado para que desde cualquier punto del Parque Colón –incluso desde más lejos– se pudieran seguir los diálogos y las canciones interpretadas.

Éxito de público y palmas de los asistentes cuando suenan las piezas más conocidas de las zarzuelas

«Nuestros mayores» aplaudieron, tocaron palmas y siguieron con mucho interés las actuaciones. Muchos vinieron acompañados por familiares, pero otros muchos contaron con la sola presencia de sus mascotas, que también pudieron disfrutar de un espectáculo apto para su sensibilidad (como no es así los cohetes o petardos). No había separación, ni distancia de seguridad entre los presentes, razón por la que muchos optaron por acudir, aun siendo al aire libre, provistos de sus mascarillas de protección. Tras la primera zarzuela «Agua, azucarillos y aguardiente», que comenzó a las 22.00 horas y finalizó a las 23.30, se dio paso a un breve receso de 15 minutos. A continuación comenzó la zarzuela «La Gran Vía», que finalizó a las 00.30. La noche se alargó y no todos permanecieron en sus asientos hasta el final, pero la mayoría si lo hizo. Entre los presentes se encontraba la concejala de Cultura, Nuria Wilde, que abandonó el recinto al finalizar los dos espectáculos. ¡La Zarzuela ha vuelto a pisar con fuerza en Majadahonda!

Majadahonda Magazin