La concejala suele compartir fotos íntimas en su red social

JULIA BACHILLER. (OPINIÓN): El chuletón de la concejala Marina Pont que se hizo público después del pleno del mes de enero (2022) recuerda una anécdota que tuvo lugar en una reconocida carnicería situada en la Gran Vía de Majadahonda, y a cuyos empleados aún recuerdo con muchísimo cariño. Un día según me estaban atendiendo, apareció por la puerta una mujer que, sin acercarse al mostrador, con sonora voz preguntó: “¿Tenéis solomillo?”. La repuesta del carnicero fue inmediata: “¿Y usted dinero para pagarlo?”. Por inapropiada que pueda parecer la respuesta, las carcajadas de todos los presentes, incluida la clienta, fueron inevitables, ya que en esos momentos estábamos en plena crisis económica.


Julia Bachiller

Julia Bachiller

Algo similar estamos padeciendo ahora, aunque encubierta por una crisis sanitaria a la que se le da mayor relevancia. Por este motivo, ver a una concejal mostrar y degustar públicamente tan suculento manjar no parece lo más apropiado, ya que existen productos cárnicos más asequibles que vienen a demostrar la misma intención. Sus propias compañeras de escaño estuvieron estas navidades recogiendo alimentos y juguetes en un reconocido centro comercial para Cáritas Majadahonda, ya que la pobreza alimentaria es una situación que por desgracia afecta aún a muchos vecinos de Majadahonda (más de 2.000 familias) que acuden a recibir alimentos en Organizaciones No Gubernamentales (Cáritas y Cruz Roja sobre todo pero también el Banco de Alimentos).


A veces le responden con chistes, en otras ocasiones con artículos de grueso calibre

La imagen de la concejala haciendo apología del momento previo a engullir un chuletón, imaginamos que con una sonrisa de oreja a oreja, puede reflejar una falta de empatía hacia los menos favorecidos de su propia circunscripción. Aunque no le voten. Y guardo la esperanza de que en tan exquisita pieza de carne haya sabido darle el correcto punto de sal, ya que en Majadahonda se la fue la mano (213.000 euros «sobrantes»). Y muestra de ello son las toneladas acumuladas en el polígono “El Carralero”, todas ellas pagadas generosamente con dinero público. A pesar de lo cual, aunque de manera tardía, permítame desearle ya sin el humor que pretende este artículo y con toda solemnidad: “¡Buen provecho!”. Lea la primera parte de «La concejala del chuletón» aquí.

 

Majadahonda Magazin