ELENA MARTICORENA. En esta segunda parte de la entrevista realizada este mes de diciembre (2023) a la escritora del cuento «Farándula«, el periódico Majadahonda Magazin quiere conocer más de cerca a la majariega Paloma Díaz. «Estudié Magisterio, pero me he dedicado al teatro, tanto a la interpretación, como a la enseñanza. Hace años me uní a una compañía de teatro aficionado de Majadahonda, y me gustó la experiencia. Después hice un curso de interpretación en la escuela municipal de Las Rozas. Las artes escénicas son manifestaciones artísticas. Se podrían definir como formas de comunicación por medio del cuerpo y la palabra. Todos llevamos un artista dentro. Solo hay que intentar sacarlo», explica Paloma Díaz. Y cuando se le pregunta qué enseñanza se lleva de esta etapa, responde: «He aprendido observando a los niños. Ellos aportan entusiasmo, creatividad y frescura. Sobre todo los más pequeños nos enseñan que no vale cualquier cosa. Los niños son muy selectivos. El teatro, la escritura y la poesía se aprenden trabajando, es fundamental crearse una disciplina , aunque haya momentos que se tengan menos ganas , o menos inspiración. No obstante, yo lo llevaba de serie».
¿Tienes formación como escritora? –Siempre he sido una gran lectora, fundamentalmente de poesía. Hace tiempo hice algún curso de técnica de escritura. Y actualmente participo en una tertulia poética. ¿De cuándo datan tus primeros escritos? –Yo me recuerdo escribiendo desde siempre. Cuando era niña escribía cuentos y participaba en el periódico del colegio. Más tarde, en la adolescencia, probé con la poesía y el relato. Los guiones teatrales, que es como empecé a escribir de manera oficial, datan de hace 25 años. Comprobé que no había demasiadas obras de teatro infantil, y las que había no eran de mi gusto. Por esa razón decidí escribir mis propias obras para que mis alumnos las pudieran interpretar.
¿Cuándo decides publicar «Farándula»?– Hace tres años, EvaBlu y yo nos habíamos presentado a un concurso de relatos en un municipio cercano a Majadahonda y habíamos quedado en el grupo de finalistas. Eva hizo la ilustración y yo conté una historia ambientada en el siglo XVIII. Nos gustó tanto la experiencia, que mi sobrina Eva me hizo la propuesta de trabajar en conjunto, de escribir el cuento, porque consideraba que “Pinto era un personaje excepcional». Yo conocía su buen hacer como ilustradora, porque desde niña siempre le gustó la ilustración y creaba con las manos, tanto en plastilina como con los pinceles. Nos pusimos a trabajar en ello y cuando consideramos que estaba listo buscamos editorial. ¿Con que editorial contactásteis? –Iglú fue la primera que se interesó por nuestro trabajo. Y a partir de ese momento ha sido un no parar. ¿Cómo ha sido trabajar con EvaBlu? –Muy fácil. Eva es muy creativa y novedosa y aporta ideas frescas y originales. Yo aporto las mías, basadas en el conocimiento y experiencia con el público infantil. Además al ser familia y conocernos tan bien, sabemos lo que cada una puede aportar a la otra. ¿Habrá próximos trabajos? –El álbum de Farándula es el primero de muchos que todavía están en el horno, casi listos para su publicación. Estoy segura de que ”Farándula” os gustará mucho. Nosotras lo hemos hecho con tanto cariño, que no me cabe la menor duda.
Adverbio oído de vez en cuando en la casa de la tía en Majadahonda: “Olímpicamente”—usado en cualquier frase a la que le quería dar un entusiasmo casi siempre negativo. léxico familiar. hoy le toca a mi padre. “Le importó, olímpicamente, 3 pepinos.” O “lo cagaron, olímpicamente, desde arriba de un puente.” Y, por qué no, si bien nunca entendí su sentido “se pasó tu idea, olímpicamente, por el quinto forro de las pelotas.” (Juan Vitulli)
Qué lindo!!!