J. FEDERICO MARTINEZ. «Esta información no hay por donde cogerla. Con todos los respetos, pero de un tweet no se debe hacer una noticia y mucho menos sin citar la fuente ni invitar al aludido a que declare y matice lo que crea conveniente. Resulta que con este tipo de artículos, el único a quien se le coarta su libertad de expresión es al aludido: periodista y autores de comentarios pueden decir lo que les dé la gana, incluso descalificando y faltando a la verdad. Yo no soy nadie. No tengo ningún cargo ni tengo ninguna gana de presencia pública. ¿Sería mucho pedir que pase desapercibido si publico un tweet o voy a cenar con unos amigos? Y no voy a responder a quienes sistemáticamente me insultan en los comentarios de ese periódico on line. No caigo en provocaciones. Lo digo por si los faltones están esperando a que responda, pueden seguir esperando. ¡Animo!». El ex concejal y ex portavoz socialista en el Ayuntamiento de Majadahonda, Zacarías Martínez Maíllo, ha respondido así desde las redes sociales a la noticia de MJD Magazin titulada «Zacarías Maíllo cuestiona la entrada de “errejonistas” en el PSOE de Majadahonda». Su réplica, con idéntico respeto al que él muestra, obliga sin embargo a algunas precisiones dado que pone sobre la mesa un interesante debate: el derecho a la privacidad de los personajes públicos y el derecho a difundir la información de los contenidos en las redes sociales.
1- «Esta información no hay por donde cogerla. Con todos los respetos, pero de un tweet no se debe hacer una noticia». Que un «tweet» puede -y en ocasiones debe– ser noticia es algo que Zacarías Martínez Maíllo, que ha ejercido incluso de periodista y es colaborador deportivo de MJD Magazin, como en su día lo fueron y ahora lo son otros, debería conocer. Los ejemplos a nivel nacional e internacional son tan innumerables que no merece la pena detenerse en ellos. El debate, sin embargo, es pertinente para los legos en la materia, por lo que habría que explicarlo con cierto didactismo: no solo en Twitter, también son noticia las publicaciones en Facebook, Instagram, Linkedln y otras redes sociales (incluso las privadas tipo Wasap o SMS) cuando a juicio del medio que las publica o el comunicador que las difunde poseen interés público. Obviamente son mayoría las ocasiones en las que el protagonista no quiere, pero es palmario que la decisión no depende de él: se llama libertad de información o prensa y el criterio profesional lo respaldan las Constituciones más avanzadas del mundo, incluida la española.
2- «Y mucho menos sin citar la fuente ni invitar al aludido a que declare y matice lo que crea conveniente». Si Zacarías Maíllo está en su derecho de discrepar sobre el criterio que hizo noticia su «tweet» –y en estas páginas recogemos las críticas a MJD Magazin y a cualquier otra persona u organismo siempre que no se limiten a proferir insultos–, en esta ocasión no es una discrepancia de criterio lo que expresa Zacarías sino una duda de veracidad: La fuente fue citada (es el propio Zacarías con su tuit en su red social) y sí fue invitado a declarar o matizar lo que creyese conveniente. Y podemos probarlo. De hecho lo hizo y esta noticia recoge su réplica, por lo que cumplimos escrupulosamente los protocolos profesionales en esta materia, lo que hace incomprensible esta reacción suya.
3- «Resulta que con este tipo de artículos, el único a quien se le coarta su libertad de expresión es al aludido: periodista y autores de comentarios pueden decir lo que les dé la gana, incluso descalificando y faltando a la verdad». Queda claro con sus réplicas que no es así, no se ha coartado la libertad de expresión de nadie y en una época dominada por la capacidad individual de emitir mensajes propios desde redes sociales y foros sin cortapisas, esta excusa resulta disparatada. Zacarías puede expresar «lo que le dé la gana, incluso descalificando y faltando a la verdad» o muy al contrario, corrigiéndola, precisándola o acogiéndose a su derecho a no declarar o replicar. No existe, pues, falta de libertad, salvo en su imaginación.
4- «Yo no soy nadie. No tengo ningún cargo ni tengo ninguna gana de presencia pública. ¿Sería mucho pedir que pase desapercibido si publico un tweet o voy a cenar con unos amigos?». La respuesta es: Sí, es mucho pedir. Los tuits son mensajes públicos pero incluso si fueran privados y tuviesen relevancia pública también pueden ser difundidos. La doctrina del Tribunal Supremo en este sentido es amplia y aunque habría que analizar «caso por caso», este nos parece inocuo y sencillo. La invitación de la portavoz nacional del PSOE a Iñigo Errejón para que «fichase» por su partido estaba (y está) de actualidad y Zacarías se pronunció públicamente sobre la misma. Si lo hubiera hecho en privado sería también noticia pero obligaría al medio a acreditarlo, respondiendo a las célebres 5W (método denominado así por las 5 preguntas formuladas en inglés: quien (Who), que (What), cuando (When), donde (Where) y por qué (Why). Con su tuit respondía a las 4 primeras. Sobre la última aún no hemos emitido ningún comentario.
5- La «cena con unos amigos» en realidad fue un acto político del PSOE del Pardillo, que el propio Zacarías también hizo público y los vecinos socialistas llevaron a la portada de su página en su red social, como mostraba su imagen que reproducíamos en la noticia. Nos reservamos el secreto de la fuente –otro derecho constitucional que las leyes conceden– para no desvelar quien nos informó de la misma. Y evidentemente Zacarías, al menos durante unos meses, va a seguir siendo personaje público hasta las elecciones porque hay curiosidad por saber que rumbo político tomará antes de las mismas. El no dice ni pío, se expresa con enigmáticos -o no tanto- mensajes en redes, sus compañeros y adversarios lo citan, cortejan y critican. Sí, lamentablemente para él y muy a su pesar, Zacarías es noticia. Y el tiempo dirá el grado e intensidad en que es protagonista de la misma o deje de serlo.

Zacarías Maillo (de espaldas) y Federico Mtnez coinciden a veces en la Peña Los Dinosaurios del Rayo
6- «No voy a responder a quienes sistemáticamente me insultan en los comentarios de ese periódico on line. No caigo en provocaciones. Lo digo por si los faltones están esperando a que responda, pueden seguir esperando. ¡Animo!». Frente a lo que estima Zacarías como «insultos en los comentarios de ese periódico on line», a nosotros nos parecen que no traspasan la línea de la descalificación exclusivamente personal y en la controvertida noticia hay opiniones a favor y en contra. Zacarías dice que no quiere replicarlos y está en su derecho, nosotros creemos lo contrario, que ninguna descalificación, si así se estima que se ha producido, debe quedar impune, pero él opina lo contrario y lo respetamos porque es cierto que a veces el «insultador» prestigia con su zafio argumentario al objetivo de sus invectivas.
7- Relación de Zacarías con la libertad de prensa, con los medios de comunicación y con MJD Magazin. Lo que sí debe quedar claro en esta controversia, si es que aún no lo ha hecho todavía, es que Zacarías Martínez Maíllo, a pesar de esta discrepancia «mediática», es un firme y leal defensor de la libertad de expresión, lo ha demostrado con palabras y con hechos, y eso por nuestra parte pesa mucho más que su malestar con la noticia de este periódico, una entre las más de 8.000 publicadas desde su nacimiento en 2015. Para nosotros Zacarías Maíllo, además de un excelente colaborador deportivo, como el resto del plantel que hemos tenido y tenemos, es un ejemplo de dignidad en política. Y también lo ha demostrado con palabras y con hechos. Pero en esta ocasión creemos, con todos los respetos y pidiendo disculpas por si se siente ofendido, que se ha equivocado. Ser colaborador de nuestro medio no exime del protagonismo informativo ni de la crítica si uno posee proyección pública, y aún más si él mismo se la da a sus actos, ni tampoco nos libera a nosotros de ser objeto de la misma. Desde MJD Magazin entendemos que la libertad de expresión no es solo la nuestra, es sobre todo de quien discrepa con nosotros, aunque nos parezca soez, maleducada, agria, injusta y falsaria. No es el caso, pero es por ello nuestro deber advertirlo y replicar al ex concejal y ex portavoz socialista, apelando al mismo derecho que él invoca y que una prensa independiente, libre y plural a nuestro juicio debe recoger con todas las garantías.
Como el director quiere que entre al trapo. acepto:
1.- Un tweet no debe ser noticia. Sigo pensando lo mismo, aunque acepto que el director del periódico opine lo contrario. Faltaría más. Pongamos un ejemplo: los tweets de Zapata son noticia? Sin duda lo son pero no por los tweets sino porque imputan judicialmente a su autor. Los tweets no son más que la prueba sobre la que se sustenta la noticia. Interpretaciones periodísticas tiene la SMI!!!
2.- El periodista no cita la fuente. Reitero. Dice textualmente el plumilla (esto no es peyorativo): «en redes sociales», cuando es Twitter. No vale generalizar porque no es lo mismo una red que otra. Pero también acepto el reproche.
3.- Se coarta la libertad de expresión del aludido. Insisto en que eso es así. El director me ofreció matizar lo dicho en el artículo? Sí, pero en el espacio de comentarios y después de haberlo publicado. Un poco desigual, no le parece? En periodismo, contrastar es una obligación no una opción. En este caso, el periodista debería haberme llamado para recabar mi opinión antes de publicar. Innecesario ofrecer los espacios para comentarios, de los que ahora hago uso porque no tengo más alternativa. Pero será la última vez.
4.- No soy nadie. Dejé la concejalía y la política. El periódico está en su derecho de hablar de cualquier persona, por muy anónima qur sea? Faltaría más. Pero no me lo plantee vd como una colisión de derechos. Libertad de expresión? Por supuesto. Y yo de cabrearme. O no?
5.- Cena con amigos. Pues lo mismo. Antonio Moreta es amigo mío y me invitó a la tradicional cena del Psoe del Pardillo, pero no en calidad de resposable político (porque no lo soy) sino como amigo.
6.- Los improperios y alusiones personales de quienes comentan la noticia. Me trae absolutamente sin cuidado.
7.- And last but not least: relación con el medio y con la libertad de expresión. Yo solo pido (sin acritud) algo de rigor. Si se va a hacer noticia de un tweet, que al menos se llame al autor por si quiere matizar lo dicho en ese tweet y no se le diga después de publicar la noticia que matice en los comentarios. Y libertad de prensa? Por supuesto. Y libertad para que me parezca un enfoque poco riguroso? Por supuesto.
Y para concluir, matizo el tweet de marras. La oferta de Adriana Lastra a Errejón para entrar en el Psoe me pareció y me parece intempestiva. Y añadía con ironía que en Majadahonda tenemos experiencia en incorporar personas de otros partidos….y siempre con puesto y silla asegurados.
Y por mí, fin de la cuita.
Si no es nadie, ni nada, ni ostenta cargo alguno, ni quiere contestar, pues bien sencillo: la callada por respuesta a todo lo que se le ponga por delante, y como ha sido «algo», tenga mucho cuidadito con lo que escribe o con quien va, porque las malas personas estamos a la que salta, y esperando detrás de la esquina, y lo denunciamos en seguida. Yo no soy mala persona, pero sí procuro estar, no a todo lo que salta, pero sí a algunas cositas.
OJO Sr. Maillo!!!. Debido a sus palabras de no querer nada de nada, se cierra Vd. mismo la boca para siempre, y en cuanto la abra, zasca que te crió.!!!. Esto es así. Por la boca muere el pez, y Vd. lo sabe. Quietecito y calladito, y vivirá más años.