J. FEDERICO MTNEZ. «Gracias Cayetana por tu dedicación librando la batalla del relato frente a la izquierda», ha sido la despedida que el PP de Majadahonda ha brindado a la cesada portavoz del Grupo Popular en el Congreso. La ha escrito la portavoz del partido, la concejala Marina Pont, que parafraseando a Cayetana ha sentenciado: “Pidamos ayuda, bien. Pero solo para levantarnos. No para mantenernos en pie. Y mucho menos de rodillas”. Y es que los elogios de la edil de Majadahonda a esa actitud altanera nunca se han agotado: «Espectacular inicio de Cayetana en el debate»; «brillante conferencia de Cayetana«; «Cataluña necesita más valientes como Cayetana«… La ya ex portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Alvarez de Toledo, tiene en esta ciudad de Oeste de Madrid a sus principales valedores y la portavoz política, Marina Pont (24 años), es su emblema: «¿La has aplaudido alguna vez? ¿Una sola aunque sea?», ha escrito en las redes sociales bajo una enorme foto de su referencia política parlamentaria, a la que suele imitar en los plenos. Y el también joven alcalde, Jose Luis Álvarez Ustarroz (32 años), la jalea: «En el comienzo de una crisis sin precedentes, es el momento del diálogo y el consenso, pero el Gobierno de España ni escucha, ni negocia». Sin embargo, Cayetana era un continuo foco de problemas, como le ocurre al nuevo PP de Majadahonda con el resto de la zona Oeste y la Comunidad de Madrid. “Como ya sabéis, el presidente Casado me ha comunicado esta mañana mi destitución como portavoz», dijo Cayetana, calificando la decisión de «desdichada» y aflorando su enfrentamiento con el secretario general, Teodoro García Egea, también muy descontento con la accidentada gestión municipal de PP-Vox en este Ayuntamiento. Y es que esta ciudad se cita como el mejor ejemplo de «cayetanismo» madrileño: «Más allá de los tres grandes acuerdos (Andalucía, Murcia y Comunidad de Madrid) el PP también cerró pactos y alianzas con Vox en importantes municipios tras las elecciones de mayo de 2019. En Madrid, en tres de los de mayor renta per cápita: Majadahonda, en donde ambos partidos gobiernan en coalición; y Pozuelo y Las Rozas, donde les sostiene la extrema derecha. Ambos partidos también han pactado en algunas localidades andaluzas como en Algeciras (Cádiz) y Nerja (Málaga). O en Roquetas de Mar y El Ejido (Almería), donde forman gobierno de coalición, aunque en este último municipio han terminado rompiendo el pacto. En Almería capital el PP también se mantiene en el Ayuntamiento gracias a los concejales de Vox». La periodista Carmen Moraga de «El Diario» analiza así la primera crisis del nuevo y joven líder del PP, Pablo Casado.

La destitución de la portavoz parlamentaria del PP, Cayetana Alvarez de Toledo, y su sustitución por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida como nueva voz e imagen más moderada del partido, ha supuesto un pequeño seísmo en el PP. La defenestración del sector «cayetano«, a juicio de la analista Carmen Moraga, no cuestiona los acuerdos en los municipios del Oeste de Madrid pero sí deja en «fuera de juego» a los que poseen pactos de Gobierno con Vox, como ocurre en Majadahonda, ya que provoca un efecto «contagio» por el que intentan adelantar a sus socios «por la derecha». De hecho, en Andalucía esta coalición PP-Vox ya ha comenzado a romperse en algunas localidades para fortalecer los vínculos con Cs y realizar un aparente «giro al centro», ya que la percepción de la opinión pública y de las encuestas es que el PP se ha «echado al monte» con Pablo Casado, Isabel Ayuso, Miguel Angel Rodríguez y su retaguardia municipal del Oeste de Madrid, cuya figura más representativa es Majadahonda, el único lugar de Madrid donde un alcalde ha metido a Vox en su Gobierno.

«El giro a la moderación que escenifica Casado: cambio de caras sin cuestionar los pactos con la extrema derecha. El PP trata de vender la destitución de Álvarez de Toledo como un cambio sin cuestionar los pactos con la extrema derecha en las instituciones más importantes que gobierna», señala Carmen Moragas en su análisis. Y aunque se fija más en los aspectos ideológicos que en la gestión, lo cierto es que el mayor descontento y crispación que genera el pacto PP-Vox en Majadahonda lo es más por su ineficacia e inexperiencia: ruptura con la sociedad civil (las asociaciones civiles de Clubes Deportivos y de Prensa y Medios de Comunicación son un ejemplo, pero no el único), degradación de la seguridad ciudadana por mala gestión, lo que provocó la destitución de la concejala Nuria Wilde y jefe de policía José María Calvo, la parálisis del urbanismo aflorando el cese también del concejal Manuel Troitiño y arquitecto municipal, Pedro Sánchez, etc… La creación de la nueva área de Sanidad, con la sustracción de competencias a la concejala María José Montón, la decapitación de varios altos funcionarios como jefes de servicio (Comercio, Deportes, etc…) y los continuos errores de comunicación (el alcalde llegó a protagonizar una noticia de sucesos falseando a la prensa la identidad del autor de un atropello, situación muy comentada en el mundillo periodístico madrileño) son el día a día cotidiano del Equipo de Gobierno PP-Vox. Y aunque el alcalde lo fía todo a la docilidad de los 3 concejales y el asesor de Vox, más preocupados de salvar sus sueldos en el Gobierno que de cumplir su programa y promesas electorales, lo cierto es que esa estabilidad que facilita esta coalición PP-Vox en las votaciones está degradando y deteriorando al joven alcalde majariego. Y lo ha hecho a velocidad de vértigo en el interior del partido y en tan solo 1 año de gestión.

«En su etapa como portavoz del Grupo Popular, han sido varios los choques que Álvarez de Toledo con la dirección nacional del PP y el entorno del secretario general del partido, Teodoro García Egea«, indica La Vanguardia. Y ABC añade: «Álvarez de Toledo calificó de «error» la decisión sobre la marcha de Don Juan Carlos, a quien pidió explicaciones sobre su salida del país. Casado consideró «inadmisible» que desde el PP se hiciera una crítica a Don Felipe y se instase a Don Juan Carlos a dar explicaciones, y así se lo dijo de forma contundente a la portavoz, según fuentes populares: «No voy a permitir que ningún portavoz del PP critique o pida explicaciones al Rey», advirtió a Álvarez de Toledo durante la reunión que mantuvieron. El PP también ha desmentido la versión de Cayetana sobre la conversación que tuvo con Pablo Casado para cesarla y ha tildado de «no elegante» la manera en la que Cayetana decidió despedirse de su cargo. Génova ha expresado que la todavía diputada popular ha quedado «retratada» con sus declaraciones emplazando a que la formación política conservadora no fuera una «secta». La decisión de destituirla de su puesto en pleno mes de agosto fue «meditada» y vino motivada por la constatación de que había dejado de ser portavoz del grupo para ser «portavoz de sí misma» y que Casado interpretó como un continuo ataque a su autoridad, según El País.

«El pretendido “giro al centro” que acaba de emprender por enésima vez Pablo Casado, con la renovación de una parte de la cúpula del partido y la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz parlamentaria, ha sido recibido con una mezcla de expectación y escepticismo por los demás grupos del Congreso. Especialmente por parte del PSOE, donde esperan que no se trate de un mero lavado de cara y que en los próximos meses puedan entablar con ese nuevo PP negociaciones para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado de 2021, muy necesarios para la reconstrucción después de la pandemia, sobre todo después del acuerdo logrado en la Unión Europea y que procura una salida a la crisis radicalmente distinta a la emprendida tras el «crack» financiero de 2008″, indica la analista Carmen Moraga.

Y concluye: «Los de Casado dependen de Vox en varias autonomías e importantes municipios, incluida la capital de España. En la Comunidad de Madrid la complicada cohabitación que mantienen con los de Arrimadas pende también de los designios de Vox, al que ambas formaciones tienen que hacer constantes guiños para que no les dejen caer. En Andalucía, el PP de Juan Manuel Moreno, uno de los barones encuadrado en el sector ‘moderado’ del partido, mantiene el pacto con Vox, un acuerdo que tuvieron que cerrar a dos bandas para poder gobernar en la Junta con Ciudadanos, cuyos dirigentes estuvieron esquivando la foto durante todo el tiempo que duraron las negociaciones. La misma situación mantienen en Murcia, donde Vox condiciona con sus votos cualquier propuesta del Gobierno bipartito del PP y Ciudadanos que preside Fernando López-Miras. Allí pocos olvidan la polémica sobre el llamado ‘pin parental’, que defendía la formación ultraderechista, medida que fue al final aprobada para poder sacar adelante los presupuestos regionales«.